El día 15 de abril tuve mi última eco y gracias a ser una pesada en preguntar todo me han confirmado que no podré tener a mi marido conmigo en ningún momento desde que ingrese en la clínica; que a mi hija la tendré conmigo y podré darle el pecho, en principio siempre y cuándo no sea positivo en Covid-19; no me han informado si me van a hacer pruebas, ni cuándo.
Me han dejado sin fuerzas ni ánimos para el último tirón de mi embarazo.
Hay que vivir ésto para saber el desamparo que se siente, por mucho profesional que me digan que va a haber conmigo para mi no es ningún consuelo, sé que es imposible tener en todo momento a alguién profesional cerca…
Ojalá cambien los protocolos de actuación en estos casos porque algo tan mágico se está volviendo algo trágico y traumático, como mínimo para el padre y ni que decir para la madre.
Opino como futura madre que está muy bien el tomar precauciones en cuanto a la seguridad y precaución por el Covid-19, pero conociendo de primera mano la forma de proceder en otros centros sanitarios con menos recursos que en esta clínica, en los cuales se permite un acompañante que permanece aislado junto a la madre y el bebé, no entra en ninguna cabeza que se niegue este derecho y menos si el progenitor y o acompañante convive en la misma vivienda junto a la madre y en el futuro con el bebé.
Si se puede en otros centros tal vez los protocolos y formas de proceder en otros deberían de revisarse e intentar mejorarlos.
Para terminar decir que en comunidades autónomas como en Valencia han rectificado y modificado de nuevo los protocolos en los partos y acompañamientos de las madres, siendo las propias matronas las que también han denunciado este drama y situación ilógica, con lo que se demuestra que si se quiere se puede.