Conocer a Anabel y saber que quería que mi hija naciese con ella, con su maravilloso equipo, fue todo uno.
Mujer poderosa, sabia, que nos deja con un vacío enorme y la seguridad de que su alma poderosa ha hecho todo el bien que en una encarnación se puede regalar a quienes tuvimos la suerte de conocerla.
Que tu tránsito sea en paz y que estés envuelta en el amor que quienes te conocemos de enviamos.