Querida Anabel, espero que tu muerte haya sido en paz y amor. Guardo tu recuerdo en mi corazón. Siempre te estaré agradecida por haberte animado a ser mi matrona en el momento más difícil de mi vida, por haberme regalado tu templanza y serenidad. Contigo me sentí segura para parir libre y poderosa. Gracias a tu compañía y atención mi parto tan triste y tan duro también fue de lo más hermoso que he hecho en mi vida.
Que tengas mucha paz, querida matrona.
Te recordaremos con amor.