Anabel siempre formará parte del recuerdo de uno de los momentos más importantes de mi vida. Tras un primer parto hospitalario, cuando me entero de mi segundo embarazo lo primero que me viene a la cabeza es no repetir el horror. Y cuando me planteaba un parto en casa el único nombre que me venía a la cabeza era el de Anabel Carabantes. Gracias a ella y al resto del equipo, que se las veía que eran más que compañeras de trabajo, tuve un embarazo sereno y un parto maravilloso. Gracias por tanto. DEP