Adios Anabel. Gracias por todo lo que has hecho por los derechos de las mujeres. Ha sido un lujo tanto conocerte como trabajar contigo, un aprendizaje sobre la vida. Gracias por esas conversaciones sobre la vida, el amor, las relaciones, la sexualidad, la libertad... Gracias por haber trabajado tanto para que las personas nazcan de un modo mejor y las mujeres sean más libres de elegir qué hacer con sus cuerpos. Gracias por haber existido.