Esto es un trabajo de educación para la salud enorme y muy importante. Mi primer embarazo no pudo pasar de las 8 semanas. Tuve la gran fortuna de tener un médico humano y profesional. Era un embarazo muy deseado, y sus palabras fueron muy importantes para mi y mi marido.
Me dijo que desde hace muy pocos años, con tantos avances científicos, los médicos, la sociedad y las mujeres nos habíamos olvidado de algo que hasta hace 30 o 40 años era un hecho: las mujeres teníamos más embarazos que hijos. Muchas veces por eso no se estilaba confirmar un embarazo hasta pasadas las 3 faltas de la regla.
Mientras yo lloraba y sentía que el sangrado no paraba, él me decía que confiara en la naturaleza. Que los médicos tenían muchas teorías para explicar esas pérdidas espotáneas (desde "ensayos uterinos" hasta problemas cromosómicos) pero que la naturaleza tenía sus caminos.
Conversamos mucho esa tarde, de cómo esa sabiduría femenina para afrontar la pérdida se había diluído por una sencilla razón: nadie hablaba de eso. La gente anuncia sus embarazos, pero queda "mal" compartir la pérdida, conclusión: las mujeres que hoy estamos en edad de parir "olvidamos" como género el manejo compartido de ese dolor.
Fue increíble darme cuenta poco a poco la cantidad de mujeres que han pasado por algo similar...en soledad.
Me dijo que dejaríamos pasar el sangrado en casa, y asi fue. Mi cuerpo se recuperó y a los meses ya estaba emarazada de nuevo, y aqui tengo a la pequeña Victoria con una vitalidad enorme!
Agradecida al Dr. Joaqim Jeager de Tarifa (Cádiz), a mi marido y a todas las mujeres que tienen el valor de contar su experiencia...
Mi parto, completamente invasivo y lleno de heridas en Mallorca fue otra historia... a contar en otra ocasión...