El verano pasado fui a la consulta del ginecólogo con dos faltas. Tras la enhorabuena del médico me preguntó como me sentía y sin pensarlo dije:
-me siento como si no estuviera embarazada.
Había tenido los senos sensibles bastante, malestar estomacal, olfato agudizado...pero me salió así.
En la eco me dijo que el saco gestacional esta vacío y que era un embarazo anembrionario. Me recomendó un legrado mejor que pastillas. Para la siguiente semana. Era agosto y teníamos las tan merecidas vacaciones programadas. El doctor pensó que podríamos esperar a la vuelta. Yo había leído algo del manejo expectante y creí que iba a ser lo mejor. Fue un disgusto, porque nos habíamos hecho ilusiones.
Fuimos de vacaciones, leí este blog, el de “superando un aborto” y lo que encontré por internet. Fue de gran ayuda.
En la semana 12 comencé con un ligero sangrado que fue en aumento. Vida normal, compresas, vigilando si tenía fiebre o un flujo excesivo o con mal olor. Una mañana volviendo a casa expulsé un coágulo mayor con una forma esférica y mayor consistencia que probablemente fuera el saco. Poco a poco fue disminuyendo el flujo.
Visita médica, estaba casi todo fuera y como había leído, lo que faltaba saldría con el siguiente periodo que duró como una semana más de lo habitual y con algo mas de flujo. En la última revisión el docto me dijo que estaba bien.
A nivel emocional si deseaba que acabara lo antes posible. Al pensar en un saco vacío, sin embrión, no sufrí la perdida de alguien. Esto me ayudo a sobrellevarlo. También el apoyo de la familia.
Espero este relato sirva para otros casos.
Mucho ánimo a las mujeres que estáis pasando por algo así.