Por Carol
Tras mirar el resultado de la ecografía donde calculaban el peso que tendría mi bebé con 20 semanas de embarazo (300 grms) y pasarme a mí por la báscula después. Me dijo: "Tienes un bebé que ya es enorme y con lo que te estás engordando tú, nos va a costar mucho sacartelo".
Subrayo la última frase porque fue textual esas palabras en las que ya dan por hecho que tu no lo vas a parir. Además siempre me trataba como a una niña pequeña que había hecho algo malo.
A pesar de intentar hacer oídos sordos a lo que dijo, en cuanto salí de la consulta me eché a llorar con un sentimiento de culpabilidad enorme. Al día siguiente volví a mi centro de salud para cambiar de tocólogo, porque no eran los primeros comentarios de este tipo que me hacía, además de que normalmente no me dejaba ni tan siquiera hablar o preguntar. El último trimestre fui a otra consulta y hubo un cambio notable en el trato. Me alegro muchísimo de haber pedido cambio de especialista.
Por cierto, mi hija nació perfectamente sana en un parto natural en casa.