Sí, sería una pena que Fulano de Tal, accionista principal de Nestlé, no pudiera comprarse un yate de lujo nuevo con los beneficios económicos procedentes del biberón. O que el gran jefe de una multinacional no pueda incrementar su beneficio neto para ampliar su imperio, porque claro, dar un año de permiso por lactancia materna a sus empleadas sería terrible. Yo, entre la salud de mi hijo, y la cuenta corriente de los magnates de la economía, lo tengo claro. Tú no?