No olvidemos que esto es un gran negocio para los ginecólogos. Está en juego la pérdida de poder, dinero, credibilidad. Cómo van a dejar perder todo eso?
Soy comadrona y me indigna la situación que vivimos en España, me formé en Inglaterra y allí comadronas y obstetras conocen muy bien sus límites. Pero también las mujeres embarazadas saben reivindicar a toda costa lo que quieren!!!!!!
Las comadronas podemos luchar por una atención más humanizada pero deben ser las futuras mamás (y papás) que reivindiquen un cambio. Solas no podremos!!!!!