Leí la entrevista a Badinter en "Yo Dona" y me extrañaba que no me hubieran llegado más reacciones por la red hasta ahora. Muchas de sus afirmaciones me chirrían, pero al menos hace pensar. Al final, el problema es tener que elegir (o criar o ser profesional) cuando no debería ser así. De hecho, ellos no se plantean esta disyuntiva.
Respetando mucho su decisión, sí que he planteado a varias madres-amigas que han decidido dejar de trabajar fuera de casa el asunto de la independencia económica, que para mí es irrenunciable. Y cuando lo piensan seriamente, les tiembla un poco la tierra debajo de los pies.
El problema, repito, es tener que elegir. No habría por qué con jornadas de trabajo razonables, sueldos decentes y organizaciones urbanísticas que no obliguen a desplazamientos eternos. Pero ¿a quién le interesa que todo siga como está?