Dejemos que las madres disfruten su maternidad como quieran. Pero la realidad es que no pueden hacerlo como quieren, porque existen múltiples obstáculos, tanto en una dirección como en otra, tanto para seguir desarrollando su papel como madre como para seguir desarrollando su carrera profesional.
Es una dicotomía que está ahí, y mientras esté, los discursos de tipo esencialista no ayudan, porque tiran de la mujer hacia uno de los dos polos, alejándola del otro cuando en ese otro no sólo es necesaria, sino que es parte de su ser.