¡Queda tanto por hacer...! ¡Casi todo! Empezando por mí, que tuve un parto respetado (pagado, eso sí) en una clínica menos respetuosa de lo deseable. Por motivos que luego se revelaron innecesarios (jo, siempre tienen motivos "objetivos", hay que fastidiarse) nos separaron al niño y a mí a los pocos segundos. Hasta el día siguiente no nos dejaron apenas tocarlo. ¡Pena y rabia!
Hace casi siete meses y todavía no he cogido papel y boli para escribir una carta a la dirección de la clínica.