Yo aguanté en silencio, y, tras un embarazo horrible donde en cada ecografia mi hija estaba cada vez peor, trece horas de inducción mediante oxitocina en vena.
A cada momento un tacto. El ginecólogo metia sus dedos dentro de mi cuello uterino para que se dilatara mas.
La peridural no me hizo efecto hasta quince minutos antes de dar a luz, me reinyectaron cuatro veces. También sufrí el descredito del anestesista porque: "no me lo creo, lo haces a proposito"
Solo recuerdo dolor, dolor.
Pero el dolor mas grande lo descubrí tres meses después. Mi marido, cada vez que lo hacian salir, llamaba a su amante.
Mi embarazo, mi parto, los primeros meses de mi hija, los recuerdo entre dolor y mas dolor.
La próxima vez que me quede embarazada, decidiré YO. Pariré en mi casa. No volveré a dejar que nadie me manipule ni me atemorice.