Lo tengo grabado a fuego. Una allegada muy allegada mía me contaba cómo perdió a su bebé hace años por un tacto. Eso piensa ella, con en embarazo perfecto y sin molestias -así se desarrolló su segundo embarazo, ya sí a término hace ya varias décadas-. Sintió un dolor profundo con la maniobra que el ginecólogo le practicó y marchó a casa tras la cita. Esa misma noche comenzó a sangrar. No creo que ella lo perdone nunca. Así que mis bragas, arriba y mis piernas cerradas, que las abro pa' quien yo quiero.
Besos, Guapas.