Mi más sentido pésame a las madres asturianas. Es triste que por parir en un hospital de la seguridad social tengas que dejar los derechos ciudadanos en la puerta y recogerlos a la salida.
Están sobresaturados, no me extraña el estrés si tienen que poner a todas enemas, rasurados, ordenarles quedarse quietitas, tactos varios, aplicar instrumentales, cortar genitales, ...etc. Y hay mujeres que no sólo les parece normal, sino que es lo que esperan y exigen (qué bien nos adiestran en las clases de preparación al parto). Nadie se va sin ellos. No han oido hablar de que el parto lo hacen las madres y ellos sólo intervienen cuando haga falta y/o se lo solicitemos.
Si no nos informamos nosotras, para poder decir a tiempo "no, gracias" e identificar y repeler a tiempo las maniobras a destiempo e innecesarias, así como las actitudes hostiles e irrespetuosas de cierto personal (que no se justtifica con nada), la maquinaria nos aplasta. Y cuesta más que dinero, son muchas lágrimas.
Podría ser más seguro, con las recomendaciones de la OMS y la SEGO en la mano, parir en el autobús que en hospitales con este protoculo antediluviano.
Y sí, si es un parto normal (hay que informarse para que no se aprovechen de la ignorancia y las dudas de la paciente),es mi cuerpo y es mi bebé, yo puedo decirle a los profesionales lo que quiero y lo que no, el derecho divino y humano me amparan y al que no le guste trabajar en esas condiciones, mejor se dedica a la medicina forense donde los pacientes están calladitos y no ponen pegas. La maternidad merece un respeto, en el hospital, en la clínica o en tu casa.