Es que cuesta aceptar que todo ha salido al revés de como tú habías soñado y que, además, no había motivos para que saliera así.
En mi parto, tardé dos días en darme cuenta de que me habían engañado, maltratado y manipulado. Durante esos dos días, a pesar de que llevaba plan de parto y mi parto fue, punto por punto (más de 10 puntos escribí) hecho al revés, pensaba que todo lo que hicieron fue necesario porque mi bebé estaba sufriendo.
No fue hasta después de dos días que empecé a hilar algunas conversaciones sueltas entre los médicos, que empecé a abrir los ojos a cosas que pasaron pero que yo no percibí en ese momento porque estaba asustada, cansada, dolorida, todo era nuevo y temía por la vida de mi hija.
Así fue conmigo, primero me metieron el miedo en el cuerpo, poco a poco y luego hicieron "su parto soñado" no el mío. Y cuando despiertas y te das cuenta de que fuiste una estúpida y los creíste, cuando te das cuenta de que meses buscando información, oyendo y leyendo los casos de otras mamás que pasaron por experiencias así no te sirvieron de nada, te sientes como una idiota incapaz de velar por su bebé. Así es como empecé yo mi maternidad, sintiéndome mal por haberle fallado a mi hija nada más nacer.
Aún hoy me duele pensarlo, aunque ya he hablado de esto con ella, con mi marido, conmigo misma y con cuantas amigas y conocidas han querido escucharme.