El 28 de enero parí a mi hijo después de haber perdido a los casi 7 meses de gestación a mi primera hija. La cesárea parecía lo indicado para "evitar riesgos" decía el ginecólogo, la familia y algunas amistades. Mi esposo y yo nos preparamos para un parto natural y él confió en mi y en mi cuerpo todo el tiempo. Llegó el día y tuvimos un hermoso parto vaginal en el que mi hijo nació perfecto. Me ayudó a sanar mi pérdida anterior, me hizo darme cuenta de que puedo parir, que no fue mi culpa perder a a mi hija, solo son eventos muy desafortunados que a veces pasan.