El piel con piel a estas alturas, deberia ser ya no un derecho de la madre y su bebé, deberia ser una obligación por parte de los profesionales el implantarla.
Pero para que esto suceda, esos profesionales deberián vernos primero como lo que somos, madres y nuestros bebés, nuestros hijos a los que deseamos abrazar aún antes de nacer.
Hasta que no dejen de vernos como cosas de su propiedad, eso no sucederá.
En mi caso yo ni fui capaz de abrazar a mi hija en el segundo que me la pusieron encima de la barriga, aunque eso solo lo hicieron para hacer el papel delante de mi marido que en ese momento acababa de llegar, (no me la dieron ni me la enseñaron nada más nacer), me hicieron sentir que yo y mi hija les perteneciamos, y que yo no tenia derecho ni a tocarla.
Hasta que no salimos del hospital, no sentí que las únicas personas que teniamos derecho a decidir sobre ella eramos su padre y yo.
Yo no grité no por falta de ganas, pero les tenia miedo.
Y creo que debemos empezar a gritar, a gritar en los paritorios que nos den a nuestros hijos.
A los profesionales les diria que menos prepotencia y más humanidad.
Esmeralda, siento mucho tu perdida quiero mandarte todo mi cariño.