Tienes razón. Somos de la generación de barrio sésamo y nos pensamos en su día que mejor dejar a la gente que trabaja en partos los detalles de ese trance. En un mundo ideal, el de mi embarazo, creí que las personas con las que iba a dar en el paritorio tenían en cuenta las características humanas de tan delicado e importante momento, aunque no pudiesen personalizar demasiado. No suponía que se iban a aprender mi nombre ni q me fuesen a coger de la mano o emocionarse conmigo, pero sí informarme, o al menos tener el mismo respeto que se le tiene a alguien por la calle, a quien no le gritas ni le pones malas caras y menos si necesita ayuda.
Tengo que reconocer que me metí en esta página y, aunque me creí los relatos los achaqué a unas pocos profesionales y a unas cuantas mujeres, pensé que no estaría generalizado. Después me caí del guindo y me di cuenta de que el maltrato a la mujer está institucionalizado y que no llega la ley a los paritorios. Todavía me estremezco cuando pienso en la conversación de Nuria con el jefe de Obstetricia, en especial las amenazas de lesiones con forceps y episiotomia aunque no fuesen necesario si llegaba de lista con el niño naciendo...No quiero ni pensarlo.
Hay que ser muy valiente para salir de ese circuito en el que nos mete el miedo y prepararnos. Parir en casa es una opción que no siempre se puede recomendar, pero eso no quita que si no podemos, o queremos ir al hospital y no damos con alguien que respete, digamos "NO" o lo digan por nosotras. Salir del planeta parto sólo para agarrarles el brazo y decirlo mirándoles a los ojos. Y si no, estás de parto y puedes insultar y morder, seguro que te dejan tranquila y te respetan más ;)