Creo que los profesionales en España, tienen que empezar ya, a ser conscientes del daño que hacen, y tomar las medidas necesarias para que su profesión recupere la dignidad que ha perdido en el camino.
He leído este artículo y me he emocionado, y he sentido admiración hacia esas personas que atendieron a estos padres.
Viena, no se trata del país de nunca jamás.
Me pregunto que pensarán los responsables de los departamentos correspondiente de los hospitales españoles, ¿no hay infraestructura?, ¿ñoñeria barata?, o un triste y patético en el protocolo no está especificado...