Reconozco el esfuerzo que supone unirse a una iniciativa internacional de estas características, recordando aquello que la sociedad no quiere que recordemos, lo que se prefiere callar, olvidar, banalizar, negar...para no sentir, para no tocar ni entrar en el dolor y la impotencia que genera la pérdida de un hij@, en el temor de no saber como gestionar los sentimientos que esta pérdida suscita.
Admiro y agradezco la labor que se está llevando a cabo desde las Asociaciones, colectivos de madres y/o de profesionales para que el recuerdo de todos los bebés que se han ido demasiado pronto se pueda vivir a la luz del sol, sin esconderse, sin temor, sin vergüenza, para que el amor por todos estos bebés se pueda celebrar, ofreciéndonos la posibilidad de acercarnos, de aprender a acompañar y sostener de la manera más acertada a quienes se quedan entre nosotros.
No podré estar en Madrid el 9, pero miraré las estrellas de "mi cielo" y me sentiré más cerca que nunca.
Os dejo una cita que me gusta especialmente:
…Y el Principito dijo:
“Bien…Eso es todo”.
Vaciló aún un momento;
luego se levantó y dio un
paso…No gritó.
Cayó suavemente, como
cae un árbol en la arena.
Ni siquiera hizo ruido.
Y ahora, por cierto, han
pasado ya seis años…me
he consolado un poco
porque se que
verdaderamente volvió a
Su planeta, pues al nacer
el día no encontré su
cuerpo.
Desde entonces, por las
noches, me gusta oír las
estrellas; son como
quinientos millones de
cascabeles.
A. de Saint-Exupéry
(El principito)