Por desgracia aquí nadie sabe nada: ni los padres de lo que podían o no pedir y exigir en cuanto a atención del parto, información y del recién nacido; ni la sana criatura que nació de lo que le esperaba; pero sobre todo y lo más grave del caso es ésto, también los "profesionales" ignoraban escudándose en la rutina protocolaria lo que le inyectaban a la criaturita.
Si ahorraste el tiempo de informar a los padres, al menos te sobrará para leerte la pegatina del inyectable...Ahora no podemos esperar que den la cara, ni acepten responsabilidad alguna, ellos son los mártires...cualquiera en su lugar le pondría por error la inyección letal a un recién nacido...que Dios y esos padres les perdonen.