Muy bueno, un día habrá que hablar de las malas prácticas en este ámbito que hemos exportado a través de la cooperación, a países que no tienen los medios para hacer frente a la elevación del riesgo y de la morbilidad que suponen.
Resumiendo: hay que ser aymara para que te respeten en el parto, o ser del Opus para que tu riesgo de cesárea en una clinica privada sea un 3% y no de un 25%, que es lo normal. Dicho de otro modo, si eres testigo de Jehová tus requerimientos se tratan en el comité de ética del hospital y se respetan a no ser que pongan en peligro tu vida, pero si no tienes argumentos de tipo religioso estás sujeta a la mentalidad y del jefe de servicio de turno.
Reconozcamos que todo esto es bastante surrealista...
Chic@s, hay que entrar los comités de ética de los hospitales.