Hola, buen día.
Soy estudiante de medicina.
Nunca antes me había puesto a pensar en cómo se siente una mujer al ser explorada en esas circunstancias.
Y me siento un poco triste, por la forma en que se refieren a nosotros, como completos carniceros que no se tocan el corazón ante el dolor que implica traer a un nuevo ser al mundo. En mi práctica, tratamos de ser amables y atender de la mejor forma a una mujer en trabajo de parto, pero en muchas ocasiones no se puede dar una atención tan personalizada como lo que están exigiendo.
Se atienden 18 partos en una noche y el personal no es suficiente y no sólo eso, en mi país -México- es muy comun que las mujeres sobretodo de bajos recursos socioeconómicos, a pesar de tener a su alcance los servicios de salud pública, hagan caso omiso y no lleven atención prenatal, incluso se da el caso de mujercitas que llegan bajos los influjo de drogas a recibir atención sin siquiera un ultrasonido previo en todo el embarazo.
El tacto es altamente necesario para evaluar el estado en el que llega la paciente y poder tomar las medidas perntinentes. Se hace de la forma más profesional, tratando de tranquilizar a las pacientes que en más de la mitad de los casos son niñas de apenas 15 años.
¿Qué se puede hacer al respecto?
No somos violadores, tratamos de ofrecer un servicio a pesar de la precariedad de las circunstancias.