OLE, OLE Y OLE.
No hay día en que no me arrepienta de no haber sido tan políticamente correcta en mi parto. Fui confiada y de lo más educada, a todo que sí y sólo encontré falta de respeto, engaños y pisoteo a mis derechos y lo que es peor, a los de mi hijo. Daría un brazo por que hoy recordasen mi parto como el de una "histérica maleducada que se salió con la suya".
Aplausos a este pedazo de madre.