A ver si se dan por enterados los que deberían acompañarnos y escucharnos, que en vez de eso se dedican a imponer su criterio, a actuar desde el miedo cerril disfrazado de anticipación científica y a infantilizarnos desde que nos ven la barriga... Y menos mal que hay honrosas excepciones y grandes profesionales que viven cada nacimiento que asisten como lo que es, un acontecimiento único.