Simplemente fascinante...
Leyendo a Casilda Rodrigáñez una ya aprende que una vida sexual sana, sólo va a favor de cualquier aspecto fisiológico que tenga que ver con la mujer (desde el propio sexo, a tras cuestiones, como bien apunta cuando habla de autorregulación corporal a través del orgasmo...)
Me parece un testimonio estupendo, sobre cómo hacer caso a lo que el cuerpo mande, a lo que nuestra naturaleza disponga en esos momentos, sin represión.
Esto en mi pueblo, se llama libertad.
Un saludo:
Adri