Bueno, yo entré justo ese día para hacer de corresponsal, jajajaja... No, estoy de broma, ya sabéis a qué me refiero. Por mi experiencia, sólo puedo decir que llevo ingresada diez días en los cuales se han portado inmejorablemente con mi hijo mayor (20 meses): duerme con su papá en el sofá-cama, nos han ofrecido una cuna grande por si lo preferimos y nadie nos ha puesto cara rara por colechar (bueno, yo tengo una camita monster para mí sola, jejejeje). Ninguna enfermera nos ha dicho absolutamente nada y el niño está a sus anchas por la planta, jugando y coqueteando con ellas (el muy juergas se levanta diciendo "nenas, nenas" para irse ya a verlas por la mañana temprano); nos han ofrecido hasta zumos, yogures y comida.
Vamos, que a pesar del rollo de tener que estar aquí y de los sustos que te dan por otro lado, hay que reconocer que hacen un gran esfuerzo por que los niños (y no necesariamente los que nacen o ingresan aquí) estén a gusto y creo que lo consiguen.
Ahora, a por la siguiente meta :) Que las mamás estén igual de a gustito en sus partos. Que me consta que las comadronas también se esfuerzan, en todos estos días que llevo aquí ya hemos tenido unas cuantas charlas :)