Un PVD3C no es sólo una entrada en el blog, no es sólo una buena noticia, no es sólo un subidón para todas nosotras:
un PVD3C esperado, respetado, acompañado y conseguido con el amos de todas las partes es una puerta:
Una puerta que se abre en las cabezas de muchas mujeres y profesionales,
una puerta a la ausencia de miedo, a la confianza seria, real, fuerte de que nuestros úteros, aun tocados por el bisturí, son fuertes, saben hacer su trabajo perfectamente, saben parir en condiciones saludables.
una puerta a la razón, a las razones que antes formaban parte de la sinrazón de unas pocas locas obsesionadas.
Esto no es cuestión de suerte: detrás de este parto hay mucho dolor, mucho camino recorrido, mucho miedo enfrentado, mucha ilusión, mucho conocimiento real.
Anahí no ha tenido suerte:, la ha buscado (en forma de profesional), la ha agarrado por el pescuezo, la ha sentado a su lado en el parto, y ha tirado de ella cuando le fallaban las fuerzas.
Eso no es suerte, es sabiduría de mujer
Gracias Anahí, por enseñarnos, una vez más, que PODEMOS PARIR,