Gracias Ibone... aún resuena en mi cerebro la frase fría de la ginecologa: "no hay latido"... tardé unos segundos en reaccionar y su frialdad después. Se limitó después a rellenar un informe y a mandarme al hospital...sin decirnos un simple: "lo siento". Estábamos mi marido y yo en shock e Iker que no sabía qué pasaba y por qué sus padres de repente habían dejado de reír y hablar del bebé para estar serios tristes y romper a llorar al rato...
Nadie me explicó nada, ni ritmos, ni tiempos, ni alternativas... como con el parto... tuve que aprender sola a base de errores y de páginas web, como esta, dedicadas a explicarnos que hay otra forma de hacer las cosas...
Gracias y con vuestro permiso comparto en mi blog...
Un abrazo