Hola, yo estoy de 34 semanas ahora y controlando los niveles de glucosa desde la semana 28.Vivo en Alemania y aquí se hace la prueba con 75 g de glucosa, extrayéndose sangre a la hora y a las dos horas. Dos de mis tres resultados salieron por encima del límite, con lo que me derivaron a un servicio de gestión de la diabetes gestacional. Una de las cosas que he observado a lo largo de estos meses de vivir encadenada al glucómetro es que la ansiedad, el estrés, una mala noche de sueño o el dolor pueden subir los niveles basales, como así me confirmó la diabetóloga. Encuentro que la clave para controlar los niveles es medirse una misma; yo experimenté con muchas cosas en las primeras semanas para saber que puedo y no puedo comer. Las recomendaciones que me dieron, no se enfocaban a reducir las calorías sino las cantidades de alimentos ricos en carbohidratos (fundamentalmente pasta, patatas, harinas, arroz y todo lo que contenga azúcar); pero por ejemplo, entre la lista de alimentos que tenía que restringir estaban las lentejas, alubias y garbanzos. En mi caso, las lentejas y las alubias me van fenomenal para no quedarme con hambre sin pasar de 120 a la hora. El glucómetro te dice siempre lo que es bueno y lo que no, yo apuesto por elaborar una misma la lista de cosas que puedes comer en vez de fiarte de recomendaciones generales. La verdura y las proteínas son grandes aliados para no pasar demasiada hambre, ojo con las frutas y a la porra lo light, si no comes carbohidratos NI grasas perderás demasiado peso. Un endocrino que visité en España me aconsejó que me relajara en cuanto a las transgresiones siempre que estas fueran aisladas, es decir, que si al principio te pasas un poco en alguna comida porque estás aprendiendo qué va bien y qué no pues hay que permitírselo. Otro detalle importante es que si caminas unos 15-20 minutos después de comer, los niveles serán notablemente más bajos, así que si tienes muchas ganas de un poco más de arroz, pues luego date una vuelta a la manzana, esto ayuda mucho. Aún así, yo he pasado hambre y en total ya llevo perdidos 5 kilos, lo cual no me preocupa porque empecé el embarazo con algo de sobrepeso y engordé mucho en los primeros 4 meses.
A pesar de todo, en las revisiones de cada dos semanas, que es que no te dejan en paz, me dicen que el bebé se ve grande, que hay indicios de macrosomía porque la medida de la barriguita es como la de la cabeza e insisten en que el parto debe inducirse como muy tarde en la semana 40 y que me ponga insulina. A mi este asunto me ha estresado mucho, sobre todo al principio y más ahora que me hablan de inducir. Me parece que el personal sanitario no escucha y no evalúa los datos que tanto insiste en que anote, cosa que hago sistemáticamente, porque estoy acostumbrada al tratamiento e interpretación de datos experimentales. Mi impresión es que a las embarazadas se nos trata como niñas pequeñas que no saben comportarse, en nombre de nuestro bien y el de nuestro bebé, cuando ese tipo de trato es contraproducente para el bienestar de ambos. Me siento cosificada, nadie analiza conmigo los resultados desde una perspectiva crítica pero tranquila y contenedora. Al parecer no hay tanta evidencia científica sobre la DG como parece y si bien es algo que hay que vigilar de cerca, me parece que esta no es la manera. El embarazo es un momento de cierta fragilidad emocional y orgánica porque el cuerpo está trabajando, el bienestar psicológico es dejado a un lado como si no importase, por no hablar del derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y la manera de gestar y parir a nuestro bebé. Mi consejo es que no te dejes arrebatar el control sobre tu cuerpo y tu embarazo, que no te desesperes ni te sientas culpable, confía en tu criterio y desarrolla tu propio plan. Si hay algo que contrarresta la sensación de desvalimiento y de preocupación es sentir que tú llevas las riendas de lo que pasa.