Apoyocesáreas es un punto de inflexión en mi vida. Un cruce donde elegí ser una persona distinta de la que fui, donde encontré un hombro en el que llorar, unos oídos que me escucharan, y unas palabras justas en el momento oportuno. En un momento dado fue un refugio y un asidero, al que me abracé y del que salí reforzada. Hoy en día considero mi herida curada, estoy a la espera de mi pvdc, y me siento con ánimo y en la obligación moral de recibir a las mamás que llegan como yo llegué, hundidas, incomprendidas y llenas de preguntas.
Es una red que comenzaron muchas grandes mamás: Fran, Ibone, Isabel, Marta, ... y que va pasando el testigo de unas a otras. MUCHAS GRACIAS A TODAS.