Pues nada, e aquí el testimonio de Marga, una madre que pasó por neonatos de un Hospital y quedó encantada...
Lo de las madres violentadas por la presencia masculina es la leche. No se violentan porque están dando de mamar a contrareloj, se violentan porque un padre pasa por alli para ver a su cría y eso las violenta. No he estado nunca en un lugar como ese que describís, pero me imagino la escena, madres intentando amantar a sus hijos, a las que los 20 minutos les saben a nada, y que no dejan de mirar y animar a su cría a que mame con fuerza, vamos que no se percatan de la presencia humana, abstraídas y concentradas en el momento, y padres alterados que pasan por allí aferrados a su mujer, buscando la figurita de lo que ya es realidad, su hijo. Asustados y alertados, vamos, un estado de ánimo muy bueno en el que se dedican a mirar de reojo a las mamás lactando...No se, suena rocambolesco. Es lo que me imagino yo, en cualquier caso.
Pero si lo de que no entren es porque miran, desde luego puede ser por muchos motivos, quizá porque nunca, lamentablemente, han visto dar de mamar a un bebé y sienten una curiosidad sana, natural y comprensible, pero en cualquier caso creo que debemos ir superando el tema de mirar: se miran las cosas, sí ¿Y?, ¿hay algún problema mirar?
Lo de los 15-20 minutos a mi me desgarra las carnes por dentro...Dile a una vaca, a una leona, a un rinoceronte, a un elefante. a un delfín, que puede ver a su cría de 15 a 20 minutos, y verás la respuesta inmediata, directa y eficaz que te propina.
Díselo a una madre humana y verás lo que pasa.
Sin caer en radicalismos absurdos, comprendo las necesidades de cuidados intensivos de un recién nacido, y me alegra que la técnica haya llegado a desarrollarlos y sea capaz de salvar las vidas de esas personas; pero no sin su madre, no desoyendo las virtudes de nuestro instinto, y las necesidades de nuestra especie.
No ponemos huevos y desaparecemos del mapa, somos mamíferos, y dentro de los mamíferos somos la especie de más larga crianza, supuestamente en pro de la inteligencia humana. Por favor, hagamos alarde de esa característica propia y no tiremos por tierra ese apelativo cada vez que movemos un dedo.
Un saludo,
Adri