Falta mucha, muchísima teta... Y sólo has mencionado los beneficios para el niño/a, pero ¿y para la mamá? Os puedo garantizar que el mejor momento durante mi estancia en el hospital fue cuando mi hijo decidió, después de cinco días sin querer mamar, que era el momento de volver a hacerlo.
No os digo que lloré de felicidad porque igual no os lo creéis, pero lloré de felicidad ;)
La pena es que el pobre mío casi se me ha destetado, entre el susto del hospital y el embarazo que va avanzando, cada vez quiere menos teta, pero creo que casi lo llevo yo peor que él, jejeje...
Un beso a todas, lactivistas, que sois unas lactivistas :P
I., te ha quedado un texto precioso.