Bueno, sólo un pequeño apunte, y es que yo tuve a mi primer hijo por parto natural, sin epidural, no me separé de él más que unos instantes y no obstante, los dos primeros días, también sentí esa sensación de vacío y de ¿mmm tendría que quererle más que a nada? ¡Ay que mala madre voy a ser que no siento nada por mi bebé!. Comentándolo después, con otras madres, a muchas nos ha pasado esto mismo, y tampoco nadie se atreve a contarlo, por lo que no es algo exclusivo de la cesárea.
Posteriormente con mi segunda hija ya no tuve esa sensación, nada más verla supe lo mucho que la amaba; supongo que por analogía, si a David, con cuatro añitos le quiero más que a nada en el mundo, ya sé cuánto voy a querer a Valeria.