Desde muy pequeña soñaba con el día en que sería mamá, en mis sueños e imaginaciones jamás apareció el parto, hasta que llegó el momento que un bebé crecía en mi, entonces mi decisión fue única, inapelable y absoluta: mi bebé vendría al mundo por cesárea, no leí, no pregunte, no me informe, solo sabía que no quería otra cosa que no fuera cesárea, en mi primer encuentro con el ginecólogo me planto y le digo "mi bebé nacerá por cesárea, diga lo que diga, si no le parece, si no respeta me decisión, lo dejamos hasta acá y busco otro profesional" respeto mi deseo y seguimos adelante, buen embarazo se programa cesárea para la semana 38, todo perfecto hasta ahí, solo que mi bebé tenia más prisa y a las 36 semanas luego de un día eterno (dia en que daba mi examen de titulo en la universidad) rompió la bolsa y derecho a la clínica, nerviosa por su puesto, pero sin ningún dolor, ansiosa y feliz de poder por fin conocer a mi pequeñito, hasta ahí ni idea de a qué iba, solo sabía que ese día por fin conocería a mi hijo ¿que más podía importar? lo cual fue bastante bueno, ya que crear en nuestras cabecitas ideas preconcebidas, por lo que le paso a mi mamá, a la vecina, a la amiga de la amiga y agreguen lo que le paso a 500 mujeres repartidas por el mundo que escriben sus experiencias en un blog "del terror" de verdad ame y amo esa ignorancia en la que fui, concentrada en lo único importante de ese día "nuestro primer encuentro" Llego la hora a pabellón, fue todo muy rápido, camilla, aparece mi doc preguntando si me había comido un erizo jajajja jamás olvidaré eso, la matrona tratando de resumir nuevamente lo que pasaba y lo que pasaría, yo como siempre solo concentrada en mi guata, como anhelaba por fin tocarlo. Anestesia, epidural, entra mi marido me sonríe, toma mi mano y en mi todo era felicidad, sentía como movían mi cuerpo, nada dolía en absoluto, un par de minutos un últimos apretón a mi guata y guauuu el momento más maravilloso venía escuchar llorar a mi bebé, verlo recién salido aún pegado a mi por el Córdon umbilical, lo cortan y lo llevan a mi, lo ponen en mi pecho "mamá saluda a tu hijo es un niño sano y hermoso" sentia que no podía más de amor, fue por lejos el momento más hermoso de mi vida, que más daba si me habían cortado, por la mitad, como iba a ser importante si estaba ante mi lo que realmente importaba, es imposible olvidar cada instante vivido y esto ya fue hace 9 años, recuerdo cada segundo, cada hermoso segundo, sin embargo, saben que no logro recordar de manera perfecta: el dolor, si dolió de eso ni negarlo, pero era tanta mi felicidad que eso quedó en un muuuuy último lugar, sentí dolor, sentí mucho cansancio, me separaron de mi hijo por un par de horas, sin embargo, no fue dolorosa esa separación, no provoco vacío alguno, mi cuerpo, mi mente y mi alma sabían que era necesario. Por fin me llevan a mi habitación, el dolor es grande, ya se fue la anestesia, son cerca de las 12 de la noche, me llevan a mi bebé, limpio, ya con esa ropita que con tanto amor escogimos como su primera tenida oficial, estaba hermoso, era como un Ángel, el regalo más maravilloso del mundo, dormía plácidamente, lo acostaron a mi lado y me dormi, rendida, dolorida pero más feliz que jamás en la vida. Al día siguiente, aún dolía, mi bebé en la cunita tranquilo hermoso, como si supiera que la mamá necesita un ratito para moverse mejor, también tuve la suerte de contar con equipo de profesionales maravillosos, que ayudaron a que la experiencia fuera menos terrible, quizás fuera mi nivel de felicidad, quien sabe fue un conjunto de cosas que hicieron que personalmente no logre identificarme con la descripción que se hace en este blog y no es que le cante alavanzas a la cesárea, de verdad que la forma en que se escribió no me parece para nada informativo, si lo siento tendencioso, lleno de ironía, satanizando a esta forma de traer a nuestros niños al mundo como si esa fuera la verdad pura y absoluta, es una opinión válida, como en todo tipo de cosas las personas vivimos de manera distinta una misma situación, escuchemos, contemos nuestras experiencias, apoyemos, pero hagámoslo dejando el espacio a elegir con sabiduría e informadas no guiadas por el terror, no deja de darme vueltas la parte del "vacio" por Dios yo no podía estar más llena de amor!!! Y si, me dolía, no podía toser, bajarme de la cama era un trabajo enorme, pero no estaba sola! Y no tenemos porque estarlo, nunca jamás en la vida, no fui la primera en mudarlo y eso no me hizo menos madre, no me hizo amarlo menos, no hizo que el me amara menos, pedí ayuda mil veces, para el, para mi y esta bien ¿quién les dijo que debíamos hacerlo todo nosotras?
Tomamos la decisión de no tener más hijos, por lo que jamás sabre lo que es un parto "normal" jajajajaja solo se de un parto "anormal" y solo puedo decir que ha sido la anormalidad más hermosa de mi vida, porque en esto de ser madre no importa la forma, importa el fondo.