Exacto, eso es lo que nos ha enseñado el modelo económico que rige nuestra conducta y nuestra educación durante los últimos años (me da igual el apelativo, llámalo como quieras)..." Que el que paga tiene la razón, excepto cuando tratas con profesiones de renombre y profesionales como la copa de un pino, donde, aunque seas cliente/paciente, si no te gusta, no vengas; que hay muchos sentados en la sala de espera."
Y de este modo, el profesional en cuestión no tiene que cambiar ni un ápice de su conducta, ni se tiene que plantear nada...Simplemente si no te gusto, marcha. Que yo sigo a la mía...El problema de esto, y de lo que no se quieren dar cuenta, es de que cada vez somos más los que no admitimos este modelo de comportamiento en nuestra vida...A nuestro alrededor, y como no nos comportaríamos jamás así, buscamos el modelo de personas afines a nosotros.
Esas personas son, abiertas de mente, responsables, profesionales, y educadas. Me "encanta" que crezcan las universidades privadas como setas, o incluso que la universidad pública se haya convertido en una institución de paso obligado, para todo aquél que desee tildarse de culto, inteligente, capaz o brillante...Me da igual. Un título lo consigues en la tómbola si te lo propones, o con unos ceros de cuenta corriente. Pero el trabajo, la profesionalidad y la educación...Eso...Eso no se compra con dinero.
Por suerte, siempre quedarán aspectos que no se compran con dinero, y que diferencian a los titulados de los profesionales.
Y en eso estamos, en cambiar los paradigmas y el mundo a la vez. Los tonos chulescos y la mala educación no funcionan como modelo. Ha quedado constatado.
Un saludo,
Adri