Me ha costado mucho escribir este artículo. No quería contar mi historia, queria advertir de los riesgos para nuestros hijos. Pero a la hora de la verdad y siendo como soy una usuaria y no una profesional, me di cuenta que era más sincera mi propia experiencia. Pero lo más sorprendente para mi, es el dolor que aun conservo por haber aceptado aquella cesárea, solo porque no aguanté las presiones de mi entorno.
Cada día peino a mi hija, cada día veo su cicatriz.