Es gravísimo. Se supone que en el hospital estás "atendida". Pero es precisamente el lugar en el que estás más sola, aunque haya docenas de médicos y enfermeras a tu alrededor. Una, porque como no dan abasto, no tienen tiempo de estar a cada caso. Y otra, porque se fían más de sus tablas, gráficos y maquinitas que de los cuerpos de las personas, que han pasado a un segundo lugar. Y así pasa lo que pasa, que el que mucho abarca poco aprieta y lo pagan las parturientas y los bebés.