¡Uff! Tristeza es lo que siento. Mientras las mujeres no retomemos nuestro poder desde la plena consciencia, mal anda el tema.
Y muy, muy triste es que las matronas (allí asistentes y calladas ante tal desvarío) mujeres al fin y al cabo, no sean consecuentes con lo que esto significa.
¡Vaginalistas! ¡Apaga y vámonos!