A mi marido y a mí no nos malcrío nadie de pequeños, la cama de nuestros padres era terreno prohibido e inexplorado. Así que ahora, para compensar, nos malcríamos todo lo que podemos, jejeje, compartiendo cama entre nosotros y por supuesto con nuestro hijo desde que nació. Y esperamos compartirla también con nuestro segundo peque, hasta que ellos mismos se "independicen" y se vayan a su propia cama... o camas (aunque con lo malcriados que estarán a esas alturas, seguro que será lo primero jajaja).