y que, leyendo un poquito y aplicando el sentido común, es fácil darse cuenta de que los problemas que mataban mujeres y niños en el pasado y lo siguen haciendo en otros países más atrasados son bastante fáciles de corregir en un país desarrollado: problemas de salud no detectados durante el embarazo, infecciones y hemorragias posparto. Cosas que gracias a los controles prenatales, la mejor alimentación, vivienda, higiene y control de natalidad, se corrigen o se previenen. Y que tenemos acceso a matronas cualificadas y hospitales bien equipados cerca de nuestras casas.