Si lo que dice Anabel es cierto, que no lo pongo en duda, entonces es muy duro saber que la autoridad médica juega a poder, que no saber, hacer las cosas a su antojo sin la más mínima justificación o argumentación "de peso". Me parece increíble que un parto de nalgas pueda ser cesárea programada digan lo que digan los padres de la criatura, y la preñada en cuestión, o un parto vaginal porque el médico así se lo plantea, nadie sabrá nunca si por criterios científicos, médicos, o porque el blog de recetas estaba boca abajo cuando entró en su consulta. A veces da la impresión de que las decisiones atiendan a criterios sacados de juegos de azar.
El Sistema Sanitario juega a una doble moral que proviene de la dicotomía entre la elección por "protocolo", en la que parece que el facultativo no existe, o en su defecto ha sido sustituído por un facsímil con texto; o la puerta de atrás siempre abierta, que se llama "decisión médica in situ", en la que el médico lanza por la borda el protocolo, y se pone al timón del barco, en un alarde de ingenio y sabiduría ancestral; pero no sabemos muy bien cómo, ambas situaciones siempre acaban siendo miopes y contrarias a los deseos y anhelos de los interesados.
Todo esto parece enrrevesado e innecesario.
¿no será porque no se escucha al paciente? ¿no será porque la ciencia avanza más rápido que la práctica médica?
Cuestiones para reflexionar.
Un saludo,
Adri