A partir de mi experiencia no sólo por el parto, sino por la gestación y la lactancia, yo he entendido por qué somos así las mujeres. Me he reconciliado con mi cuerpo y he dejado de aspirar a tener un cuerpo como nos venden que tenemos que tener. Las chicas tenemos grasa para alimentar a nuestros cachorros durante el embarazo y durante la lactancia.
Es bueno que nos cuidemos y tratemos de llevar una vida sana, con buenos hábitos, pero no es bueno mortificarnos por celulitis o cartucheras. Las tenemos porque sirven para algo.