Me enteré que estaba embarazada durante el confinamiento, tenía un embarazo “malo”, vomitos, mareos, muchos dolores de barriga. Según los médicos, todo estaba bien. Un lunes 15 de junio, por la tarde, ya estaba de 17 semanas, me dio un dolor muy fuerte, parecía que estaba de parto, me fui a urgencias y con una revisión de menos de 3 minutos me dijeron que el bebé estaba bien y que yo debía comer más fruta y verdura porque estaba muy gorda...el jueves de esa misma semana tenía cita en mi ginecóloga privada, aún no sabía que era y teníamos mucha ilusión de saberlo puesto que mi hija mayor ansiaba una hermana. Cuando fuimos, nada más encender la pantalla del ecografo pude ver la deformación craneal que tenía mi pequeña, Si, era una niña, como deseaba mi hija mayor. Fueron horas horribles y a pesar de todo, puedo decir que fue un parto precioso, muy triste pero preciso. Tuve la suerte de poder estar acompañada no solo de mi pareja sino también de una gran amiga y matrona. Ella fue valiente y plasmó las huellas de mi pequeña en un papel que sería mi primer tatuaje.
La gente me sigue diciendo que soy joven, que puedo tener otro..pero es que yo no quiero otro, yo quiero ese bebé, era mi bebé y me siento tan vacía. Ya estaría de 33 semanas