Para mi el Kristeller fue uno de estos pocos momentos en la vida en los que pensé: me muero...Otras veces solo lo sentí al tener un accidente de coche y estar en pleno vuelco en la carretera. Aunque quizás aquello fue más leve porque no se me paró la respiración y enseguida supe que estaba a salvo. Y no tenía a mi niña dentro. En un hospital que goza de ser muy "respetuoso", en plena inducción, llamaron a una matrona de 100 kilos, una simpaticona, pero muy forzuda que se me subió varias veces con un codo dándome ese golpe. Nunca lo olvidaré. Claro, todo eso en la hora decisétima del parto inducido, con epidural, sin "saber" pujar, la niña con sufrimiento fetal, falta de oxigeno y todo lo que contáis. Cosa tan horrible que nunca ha sido anotada por los ginesaurios de turno en la historia clínica, lo sé porque lo he pedido. Queda un escueto "abreviación de expulsivo, forceps". Pero os digo una cosa: pienso poner una queja oficial y pedir que siempre que hagan un kristeller que lo pidan, porque en el consentimiento informado que ponen antes de la inducción no hay ná de ná. Sé que cuántas menos calladas seamos, más cerca estamos del Cambio. Ánimo, mujeres!