Soy matrona, no me gusta esta maniobra ni la he practicado nunca, pero todo lo que se está diciendo aquí me parece indignante, y tengo que contestar. En primer lugar decir que esta crítica en general a la atención obstétrica en nuestro país que se fomenta en esta web, aparte de injusta y tergiversadora, no es beneficiosa para las mujeres que van a acudir a los servicios obstétricos ni a los profesionales que encuentran esa desconfianza en las mujeres. Los profesionales prefieren que las mujeres estén informadas, eso siempre ayuda, lo que no ayuda a nadie es la malinformación y la malinterpretación de todo como se hace aquí.
En segundo lugar, me indigna el primer artículo, por su falsedad, ya que esta maniobra tiene sus riesgos, pero nunca sustituye a una alternativa sin riesgos. Cuando se hace sólo sustituye a la instrumentación del parto, que también tiene sus riesgos, y normalmente mayores. Y sí, me encantaría ver cómo en un momento crucial del nacimiento de vuestro bebé, quizá en una bradicardia o sufrimiento fetal, en que cada segundo cuenta, alguien se pare a preguntaros si conocéis la maniobra, explicárosla con todas sus ventajas e inconvenientes, comparándola a sus alternativas, y pediros consentimiento para aplicarla. En esos minutos vuestro hijo podría sufrir daños irreversibles, pero claro, lo importante es el consentimiento informado. Os diré lo que contestaríais: "tú eres el profesional, haz lo que creas mejor para mi hijo" como tantas veces he tenido que escuchar en intervenciones de mucha menor importancia.
Me impresiona ver como habláis de la epidural, como si a todas os hubieran obligado a ponérosla. Las mujeres tienen derecho a aliviar su dolor, y sus consecuencias se explican en un documento informado que nadie lee, y que, aún conociendo los riesgos firmáis, por no sufrir (pero las decisiones que toman los profesionales sí son muy criticables). La consecuencia de la epidural que elegís es el monitor constante, la cama y la oxitocina, ya lo sabéis, y probable instrumentación del parto, y aún así os la ponéis. Pero siempre podéis seguir criticando a los profesionales que lo son por vocación, tras muchos años de estudio y sacrificio y con conocimiento de lo que hacen, y que normalmente a la puerta del paritorio no los espera su pareja para ir al cine, sino una sala de espera llena de urgencias pendientes de ver. Profesionales que prefieren un parto normal y sin ninguna complicación, profesionales que os dan todas las opciones que pueden dado vuestro desconocimiento en obstetricia, profesionales que actúan cada vez más por protocolos, muchas veces con miedo y guardándose las espaldas, a causa de esta crítica malintencionada y las continuas demandas.
Vuelvo a repetir, a mi no me gusta esta maniobra pero entiendo que cuando se ha realizado es siempre con la mejor intención, y siempre por el bienestar del bebé y la evitación de un instrumento o cesárea, que suele ser peor para la madre. No está recomendado por las sociedades científicas y no debería hacerse, pero siempre en mi carrera profesional lo he visto hacer pensando en el beneficio de la madre y el niño, y me duele enormemente que esta sea la interpretación de todo lo que hacen los profesionales sanitarios.
Si tuviérais que estar cuidando a un niño con parálisis cerebral o retraso mental no estaríais divagando sobre la práctica de kristeller.
Espero que en vuestro trabajo encontréis continuamente a gente que os juzga y critica sin vuestro conocimiento profesional. Así sentiríais una milésima parte de lo que sentimos los profesionales sanitarios de España.