Leo las palabras de Susana y siento la misma emoción que sentí cuando la escuché en el congreso. Vuelven a brotar mis lágrimas, y la emoción me hace ese nudo en la garganta.
Verdadera fortaleza la que hay que tener para superar una pérdida, verdadera fortaleza para seguir adelante, con los recuerdos de lo que se soñó, con los resuerdos de la ilusión,..., con ese amor que tanto se deseó entregar a la vida que se esperaba.
Gracias Susana.