El David de nuestra familia nació en la Paz con el mismo peso y sobrevivió, pero vivió su primer año de vida en el hospital, con horarios de visita, sin leche materna porque toda la que se sacó la jabata de su madre se la hicieron tirar "porque la leche materna es más indigesta que la artificial", estuvo a punto de morir por la enterecolitis necrosante derivada de la leche artificial que le daban alí, y unos años después sigue sufriendo secuelas de aquello. Al menos les dejaron tocarle y sostenerle desde bastante pronto, y ese pseudo-método canguro (un ratito cada tres horas durante el día, nada que ver con el auténtico) probablemente contribuyó a marcar la diferencia.
Esto me toca mucho por la experiencia vivida por nuestra familia con mi sobrino. Es increíble el nivel de deshumanización e incapacidad para entender lo que realmente necesita un ser humano para sobrevivir, sobre todo los más pequeños y prematuros.